martes, 15 de septiembre de 2015

Ensayo



La vida es improvisación, es el directo. 
Y vivir exige coraje, valor, y así vamos, destilando ensayos, análisis previos a la ejecución,… Y asi vamos, reinventandonos.

Contigo me quedo pequeño corazón guerrero, te observo y me fascina que no puedas verte a ti misma. A esa mujer que no sabe de lo que es capaz pero lo hace cuando llega el momento. Te observo mientras estás improvisando una sopa y 
doblas la ropa, mientras vas y vuelves, del fuego al canasto, del canasto al fuego, hueles a especias, a cúrcuma, a popurrí de pimientas y a una pizca de nuez moscada…, merece la pena improvisar aunque acarre consecuencias, mandas tú, y asumes tu poderío.

Tu cumpleaños se acerca.

Están esos años que llegan sin que preocupen, y otros que son como abismos a los que da miedo llegar. 

Se podría decir, que tras cerrar su ciclo asustan los pendientes, parece como si uno perdiera confianza, esa, que antes te ha dado el impulso para explorar caminos nuevos. 

Entrar en pánico, te impide moverte. 

Quizá, esos cables de la cabeza que estaban ordenados para actuar con diligencia y sin pensárselo mucho, ahora han cedido su poder a las emociones, esas que a flor de piel, son un torrente descontrolado que nos poseen, como un revolver que se dispara solo, en cualquier momento. 

Aún sujetaba la camisa dándole tantas vueltas como a sus ideas, y jaló con tanta fuerza del cuello que cuando quiso darse cuenta, le había sacado la costura y lo sostenía en la mano. Esa era la prueba de lo que podía llegar a pasar cuando soltaba toda esa “brujería” que llevaba  dentro. Juntó las dos piezas haciendo un gurruño y las  ocultó en el canasto. 

¡Qué asco de crisis! El país pasaba por la misma crisis que pasaba su casa, siempre faltaba dinero, eso, en los tiempos que corrían, era lo menos malo, dentro de una estrechez a la que no había estado acostumbra, pero como de “mal a peor”  va  “poco a poco”, la paciencia ayuda a discernir que las tensiones no son problemas que no pueda solucionar el dinero, y así tiras y aflojas tus explicaciones, y sobrellevas mejor tener que decir tantas veces no.  No se puede, no, no se puede, ¿por qué no?, pues porque no, no se puede ahora, ¡ay ya se podrá!


Y es que nacer y vivir en época de bonanza, estabilidad y paz, te hace ser mal creido,…si perteneces a una tercera generación que escuchó de sus abuelos lo que vivieron sus padres, sabes de lo que hablo. Uno, en resumen, cree: que el hombre aprendió de esos errores, y que todas las vidas que se perdieron (antes, en la guerra, y después de las venganzas) , todo el hambre que ocasionó y la separación de las familias, harán que nunca se olvide lo que supuso vivir momentos como aquellos.

Pero ¿y a nuestros hijos?, ¿que ya nada les queda de aquellos recuerdos?, ¿qué saben de todo eso?, por eso mismo, a ellos les resultará más fácil no sentir miedo a una guerra, ellos que sufren la crispación que les cuenta su presente. 


Removía la sopa, como removía sus demonios, conectando con ese yo, que sabía confortarla y abrazar de vez en cuando sus miedos haciéndole ver que todas las cosas no pueden arreglarse en el mismo momento. Que tendría que seguir estirarando su paciencia un poco más.
Lo importante era no vararse, creyendo que no hay más horizontes a donde poner la vista, eso es una mentira que nos decimos cuando tenemos miedo de vivir. 


Amparo Suárez.


jueves, 14 de mayo de 2015

La gaviota desobediente


En algún momento, una  gaviota que sobrevolaba la costa, divisó unos restos de pescado flotando en el mar, y loca de contenta, voló hacia allí celebrando aquel maravilloso hallazgo. Entonces, el reguero del pescado la condujo hasta un barco desde donde unos pescadores los arrojaban.
Aquello volvió a repetirse en los días siguientes, convirtiéndose en costumbre por la manera tan fácil de conseguir su alimento. Desde entonces nunca más volvió a pescar.  
Las demás gaviotas, se unieron a ella; y juntas, como piratas, sobrevolaban todas las naves que les proveían de comida  
-¿Y para qué pescar- se decían -,cuando el hombre lo hace por nosotras? -  .Y todas estuvieron de acuerdo.
A partir de entonces, las gaviotas pasaban la mayoría del tiempo en los alrededores de la costa y sólo regresaban al mar cuando aparecían los pesqueros. Pero entonces sucedió que cada vez eran menos los barcos que llegaban de alta mar. Y como habían perdido su habilidad pescadora, aquél oasis se convirtió en un lugar de muerte para todas ellas.

Entonces, la más avispada animó a unas cuantas a seguir los restos que a su paso iban dejando los   humanos, y se fueron tras él tierra adentro. Y fue así como encontraron “las montañas negras de los hombres”; toneladas y toneladas de basura apiladas en montoneras. 
Pronto, todas ellas emigraron a aquel lugar en el que la comida no dejaba de crecer y extenderse como si milagrosamente tuviera vida propia.
Y allí se han quedado.
Así fue como gracias al hombre, la gaviota dejó la mar y se marchó a los campos. 

martes, 12 de mayo de 2015

Mientras camino


Imagen de Andre Kohn..

Es Febrero y las calles están llenas de abrigos.

El pequeño broche prendido en  la solapa del abrigo se va, y yo también, tras un gabán azul marino y una bufanda a rayas que pasa de largo….    
Me adelantan unas deportivas desgastadas y un fular de motivos étnicos, va enrollado  como una pitón a su presa, se detiene….Hizo un largo viaje que comenzó en un mercadillo de Tetuán, de allí es Fátima, a la que no ha vuelto a ver. El próximo año cuando vuelva a Marruecos, si aún no se ha casado con Salin, la buscará para devolvérselo. La tarde en que se despidieron, ella lo enrolló alrededor su cuello, y ahí sigue, aunque se escape y no le abrigue. El tiempo les ha jugado una mala pasada, se encontraron demasiado tarde o demasiado pronto.

Un par de relucientes zapatos, van con cuidado de no pisar los pies que descansan sobre un cartón en el que se puede leer  “ayúdame”. Las deportivas desgastadas dejan un par de monedas.

Las esquinas de estas calles son como los picos de mi pañuelo.

Más adelante, unas botas de flecos, caminan junto a un par de mocasines y un maletín, a su lado va en bandolera un gracioso bolso que contiene un diario,  y en una de sus hojas se oculta un secreto que el viento le arrancará.

….acaba de ocurrir algo mágico, ha sido el cruce de una mirada, solo ha sido un segundo, puede que dos…. A algunas personas les vemos el alma en los ojos, he sentido su mirada en la mía,  y me sentí desnuda sin ni si quiera quitarme la ropa.

En ese escaparate, está mi reflejo, se va, y yo también.


lunes, 30 de marzo de 2015

Encuentros


Llegué a "Teenes" antes de la hora. Pedí una copa en la barra e hice tiempo. Había quedado allí para cenar con ellas, estaba nervioso, excitado, como un niño antes de una excursión. Como anfitrión, quería  estar a la altura de lo que de él, se espera, así que elegí un selecto restaurante de moda, que no quedaba  lejos del hotel en donde ellas se hospedan. 

Después de tres años, volvíamos a vernos, desde entonces en mi vida había habido cambios de los que ellas no estaban al corriente, aunque de todas formas ya no importa, mi pareja me ha dejado, dice que yo nunca le he querido de la manera en que esperó.

A las 8 y dos minutos la puerta del restaurante se abrió y ellas aparecieron. Esperé un poco antes de acercarme.  ¡Ahí estaba Sandra!, ... Qué sexy bajo ese "Dolce y Gabana".
En seguida,  mis ojos buscaron a  Lucía…nunca fue coqueta, pero ....venía con la cara lavada y unos vaqueros gastados después de tres años sin vernos,  y eso, me hizo  perder la ilusion de que yo le  gustara. Estaba cambiada,  ¡qué guapa es!, aún flaca y con ojeras….

Noté mi cuerpo agitarse y temblé…, temblé, sí. Temblé, temblé como un niño mientras me acercaba, la boca se me  secó,  y las piernas me flaquearon,  traté de calmarme, pero mi cuerpo, mis manos, y todo mi yo, temblaban,…tan evidente era,  que tuve que meter las manos en los bolsillos de la chaqueta para disimularlo.

Nos saludamos algo cortados y fuimos a la mesa. El camarero, comenzó a servir el vino esperando que yo le prestara atención,
pero yo, no me daba cuenta. Allí sentados, trataba de rectificar tarde mi embobamiento,  sin que pudiera apartar la mirada de ella. El corazón me latía tan fuerte, que pensé que iba a escapárseme para abrazarla. Y Sandra, que no tiene un pelo de tonta, dijo –Hay cosas que nunca cambian-.Siempre tuvo la habilidad de soltarme perlas delante de Lucía que sólo ella y yo captábamos. La muy bruja, me tiene calado, esta vez, me habría gustado que no lo advirtiera. Aunque el primer sorprendido he sido yo. Creí que ya no sentiría esta clase de amor por ella. ..

Días más tarde hablé con Sandra, y me contó su charla con Lucía de camino a "Teenes"
.....

–Sandra, ¿Crees que hemos puesto a Carlos en un  compromiso?

-¡Qué cosas dices mujer!, estará  encantadísimo y estando tú más-

- ¿Pero ¡Qué dices!? ....Es , es tan “correcto” que cuesta adivinarlo. ¡Abusamos! de lo bueno que es con nosotras.

-¿Qué vamos a abusar? Mujer,  desmelénate,  nos vamos mañana- Dijo mientras entraban ya en el restaurante.

El sitio nos encantó a las dos  ......,

- ¡Lucía! ¡Vaya sitio! Debe ser carísimo -y
pensé  “menos mal que vengo a la altura"  ..."pobre Lucía”  ya sabrás por qué lo digo.....-Calla por Dios, ¡que va a oirte el camarero- se limitó a decir ella.

En la mesa, yo daba pisaditas por debajo de la mesa a Lucía para que se diera cuenta,  pero ella,  no prestaba la menor atención a las señales. – “miralá”-me dije -“éste hombre está temblando como un flan delante de suya y la muy tonta ni se entera.”-

Carlos- prosiguió Sandra-,  ha sido una falta de delicadeza, “¡no haberme mencionado también en el brindis!”  hay cosas que nunca cambian-

Lucía parecía estar en otro lugar. Tomó la copa de vino distraída y añadió –si, por fin- Y lo supe, allí sentado frente a ellas, depronto recordé las palabras de Tomás el día que me dejó y se marchó para siempre. "Nunca me has mirado como miras la foto de ella" y en ese momento, hice mía su respuesta. Lo que es la vida, Ella ajena a todo, fue nuestro espejo.

martes, 10 de febrero de 2015

Yo me confieso




-¡Hijo, no estés nervioso! ¿No ha sido este año que ya has hecho tu primera comunión?
- Si, Padre.
- ..., ¡Entonces!, Ya no es la primera vez que te vas a confesar ¿verdad?
-Si, Padre.
-¡Pues entonces! Ya sabes que es muy fácil…
Dijo sonriéndole mientras le acariciaba la coronilla para infundirle valor.

El padre entró al confesionario, y el niño, aguardando en la fila su turno, se quedó pensando aquellas palabras, también,  en  los motivos por los que la gente se confiesa….
Aún no entendía muy bien el hecho de por qué tenía que volver a contar algo que se supone ya sabía el Señor, y si esto era cosa de arrepentirse, pues él, ¡ya estaba arrepentido!, ¿Para qué tenía que contárselo al Señor Cura ahora todo?....
Así que mientras esperaba, repasaba mentalmente sus pecadillos, en la esperanza de “no recordar” ninguno de última hora que tuviese que sumar a la lista que ya llevaba pensada. …. Y en esas andaba, cuando se le ocurrió imaginar, (ya que se iba a confesar tras una celosía) en ¿qué cara pondría el señor cura cuando escucha los pecados del mundo?, y de pronto, se vio frente a él, en medio de sus miserias, y sintió un calambrazo de vergüenza que le recorrió desde la coronilla a la punta de los dedos de los piés.

“Esta semana, le pegué a Manolito dos veces. También cogí la goma de María, que se partió por la mitad, era su goma de Hello Kitty,  y me había dicho que esa, no la prestaba. El otro día me comí los caramelos de Manuel D. en la hora del recreo. ¡Ah! y queda lo de la seño, cuando salió de clase y yo me fui a su mesa a ver lo que ella había escrito de mí en la agenda, una notita, y  había puesto una de esas caritas de enfado sobre mí para que la vieran mis padres. Y ahora sí :”Fin”  … Verás cuando la seño vea que le falta la página a la agenda.”

¡Ay!, ¡ya me toca entrar!, ¿Lo vés?... ¡Hay que hacer lo que Elenita, ser rápida,  soltar la retahíla y ser breve en tan bochornoso momento!,… y sobre todo, cruzar los dedos para que el señor cura no carraspee, en medio ó antes de que me dé la absolución. Pues esta  “Indicación gutural”  según dijo la seño, es con la que el señor cura, nos avisará a los pequeños parroquianos  en caso de que se deba ahondar en pormenores que “no quedan del todo claros” ¡Uf!, es que a mí, eso,  me llevaría a tener que explicar el por qué, de lo que ni yo mismo sé muy bien,  ¿Qué impulso me llevan a cometer  mis fechorías? ¡Y yo qué sé¡  Menos mal que luego podré salir por esa puerta con un “Ego te absolvo” que dura hasta la semana que viene.

Amparo Suárez.